¿Alguien ha dicho que una vez acabado el verano, el nadar se va a acabar? Busca en tu ciudad la piscina cubierta más cercana o adapta la tuya y practica uno de los deportes más completos y el que mejor se porta con nuestras articulaciones. Señores, todos al agua.
Existen diferentes formas de poder alargar la temporada de baño en nuestra piscina, desde la posibilidad de cubrirla y adaptarla para disfrutarla todo el año, o solamente acoplarle una bomba de calor para prolongar algunos meses su disfrute.
Una de las mejores formas de adelgazar es practicar ejercicio aeróbico: correr, saltar, ir en bici, un poco de remo, subirse a la elíptica y, por supuesto, nadar. Lo importante no es ir más rápido sino coger un buen ritmo y estar bastante tiempo. Los comienzos son duros, ya lo sabemos, pero hay que superar la barrera de los 20 minutos para empezar a quemar calorías y que nuestro corazón trabaje. Lo importantes es ir progresando y convertir estos 20 minutos en 45, siempre a un ritmo constante, ni excesivamente lento pero tampoco muy intenso, no debemos agotarnos.
Comienza con unas cuentas tandas de calentamiento, estirando bien el cuerpo y ejecutando los movimientos de forma armónica; tras ello, en cuanto estés cómodo, comienza con tu rutina.
Músculos en forma
Con la natación no sólo se adelgaza, además es un deporte perfecto para tonificar todos los músculos de nuestro cuerpo. Para que todos los grupos musculares trabajen, intenta alternar diferentes estilos: conseguirás que el tiempo de deporte sea más ameno y entre técnica y técnica descansas las partes que más trabajan en cada una.
El cuerpo de los nadadores es de los mejores,
ya que consiguen desarrollar mucho la parte
superior y el abdomen pero no se olvidan de las
piernas. Gran parte del esfuerzo se concentra en
pectorales, tríceps, dorsales y músculos de la espalda. El crol es una de las mejores opciones para
lucir un pecho hercúleo y que tus esfuerzos en el agua se vean fuera de ella.
Una buena técnica es básica para conseguir nuestros propósitos y evitar lesiones. Esta técnica
incluye una buena respiración, que además de hacer que aguantemos mucho más, nos permitirá
trabajar más los abdominales.
De todos modos, en casi todas las piscinas y gimnasios hay monitores y se dan clases de
perfeccionamiento, lo que te ayudará a mejorar la técnica y además obligarte a lanzarte al agua
de forma regular.
